Penas y glorias
La ilusión desvanecida, el tiempo perdido y la falta de soluciones. Sería abril, quizás mayo de 1999. Volví.
En el aeropuerto no me esperaba nadie, en casa tampoco. Cuentas sin pagar, mensajes de telemarketer en el contestador. Estaba cansado, tanto que ni para el trago. Sopa instantánea, cama y el comienzo de una nueva repetición.
2 Comments:
Marina, un placer.
Y ahora que volviste.....qué viene?
Marina, el placer es mío. O en todo caso te lo podría confirmar si te conociera...
No hay que preguntarse "qué viene", sólo esperar y dejar que venga.
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