Recuerdos de Once II
Un mes de silencio terapéutico y un regreso a Buenos Aires. Esta vez no pudo fallar.
Cuando en pleno Once la temperatura supera los 35 grados, el aire acondicionado del bar es apenas una pequeña ficción que nos permite mantenernos vivos. O apenas vivos. O apenas cuerdos. El café de todos modos está demasiado liviano, está frío, y la leche venció hace al menos 72hs.
Las cosas parecen haber cambiado radicalmente este mes. Debería hablarles de Juli, pero sería trillado. Por otro lado, sólo serviría a vuestro propósito masturbatorio, sólo alimentaría vuestro morbo infértil, vuestro infame voyeurismo. La necesidad de vivir una vida que no tienen, y yo ahora sí. Juli tiene que venir en un rato. Quizás ella les cuente.
Pinamar fue un antes y un después. Todo el vodka inútil, todas esas tormentas, y la respuesta a tan sólo 400kms.
El mozo se acercó. "Vos sos Roco?". "Llamó Juli, dice que recibió tu mensaje pero que no va a venir.".
"Ah, también dijo que te vayas a la reputa madre que te parió."
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